El miércoles 30 de noviembre me dirigí al aeropuerto de Barajas, con mi maleta (tamaño Ryanair) y toda mi ilusión por conocer 2 de las ciudades de Reino Unido que durante 2011 fueron destino mayoritario para los estudiantes de United Languages.
El vuelo llegaba a Manchester , desde donde tenía que coger un tren a Liverpool. Una de las ventajas de volar a Manchester es que la estación de tren se encuentra dentro del recinto del aeropuerto. Lo que no te dicen es que hay que andar por lo menos 30 minutos desde la terminal 2. No hay problema! Decidida y animada, puse rumbo a la estación, caminando a buen ritmo por esos largos pasillos.
Teniendo en cuenta que un viaje de 3 horas en avión machaca las neuronas de cualquiera, tardé sólo 3 minutos en comprar el billete de tren, gracias a la amabilidad y la paciencia del personal de la estación. Una vez comprado el billete de tren tuve que esperar un poco en la cafetería de la estación, situada entre los andenes 2 y 3. El tren llegó a su hora y en poco más de una hora estaba en la estación de Liverpool Lime Street.
Ya en la estación pude empezar a darme cuenta de por qué el acento de Liverpool (Scouse) es tan conocido y temido. La primera impresión es que no entiendes lo que te dicen, pero sólo tienes que afinar bien el oído para darte cuenta que no es tan complicado, es sólo diferente.
Tras una corta llamada a la residencia para avisar de mi llegada, estaba cogiendo un taxi que me llevaría a mi destino esa noche, la residencia Streatlam Towers.
Un dato importante sobre esta residencia es que no dispone de recepción, por eso hay que llamar al teléfono de contacto, para que te estén esperando a tu llegada y para que puedan darte tu llave y hacer un breve check-in. Si no lo haces, tendrás que esperar en la entrada hasta que vengan a recibirte.
No voy a profundizar en mi viaje en taxi, sólo he de añadir que, si usáis gafas, no las guardéis en la maleta. Es bastante avergonzante estar parada justo delante de la puerta de la residencia y no verla mientras el taxista la señala con el dedo y te dice: Pero si está ahí!, es esa!, no la ves?.
La residencia es preciosa. Está situada en un edificio antiguo en el exterior y totalmente reformado en el interior. Cuando entras por la puerta, sobre todo te fijas en el techo, las vidrieras y la enorme escalera de madera que comunica todos los pisos (no hay ascensor).
La residencia dispone de las mismas comodidades que cualquier otra: lavandería, gimnasio (que, al parecer, los estudiantes sólo utilizan los 2 primeros días) y un patio exterior con rampa de acceso y parking de bicicletas y donde está permitido fumar, ya que está prohibido en todo el edificio.
Las habitaciones están distribuidas en 4 plantas, cada planta dispone de 3 baños con ducha, una cocina totalmente equipada y un salón común con una enorme televisión de pantalla plana.
Cada habitación tiene a su vez una televisión más pequeña, un escritorio, 2 enchufes y acceso a Internet por cable de red. Se proporciona la ropa de cama y un juego de toallas.
Todo el edificio está dotado de calefacción y los radiadores se pueden encender y apagar dando a un simple botón.
En la residencia pude conocer a varios estudiantes españoles (Curro, Rocío, Borja, Javi, etc…), que llevaban ya muchos meses estudiando en Liverpool (algunos más de 8 meses). Todos estaban de acuerdo en lo bien que se lo estaban pasando en Liverpool y en lo cómodos que estaban en Streatlam Towers. El personal de la residencia, atento y cortés, les hacía sentirse casi como en casa y se referían a los otros residentes como “una gran familia”.
Al día siguiente tenía prevista la visita a nuestra escuela Liverpool John St, situada en North John Street, en pleno centro de Liverpool.
La verdad es que el clima no invita mucho a caminar, pero dejando la pereza a un lado, no te arrepentirás de hacer el camino a pié. La ruta pasa por algunos de los enclaves turísticos de la ciudad, como la Catedral de Liverpool, Chinatown, Bold street (donde hay una enorme tienda de cómics y videojuegos) y Church Street (una calle peatonal plagada de tiendas y restaurantes). Además, el recorrido no es muy largo, unos 20 minutos en total.
La escuela no se ve desde fuera del edificio, una vez dentro hay que subir a la segunda planta, que es donde está la recepción y donde encontrareis a Sophie.
Todo en la escuela está nuevo y es un detalle que cada una de las 18 aulas esté dedicada a un símbolo de la ciudad (los Beatles, Liverpool FC, Everton FC, los Liverbirds…).
Todo en la escuela está nuevo y es un detalle que cada una de las 18 aulas esté dedicada a un símbolo de la ciudad (los Beatles, Liverpool FC, Everton FC, los Liverbirds…).
Además de las aulas podemos encontrar una modernísima cafetería con máquinas de snacks, Televisión y acceso a Internet. En la cafetería también se encuentra la pared dedicada a las actividades de ocio que organiza la escuela que van desde actividades deportivas, visitas a museos y salidas de día completo los fines de semana. Se organizan semanalmente y todas son voluntarias.
Después de conocer la escuela y darme una vuelta por los centros comerciales del centro y algunos de los puntos “clave” de Liverpool, como el The Cavern Club tenía que volver a la residencia a despedirme de Sean, los residentes y coger mi maleta para irme a Manchester.
Me fui de Liverpool con la sensación de que me dejaba miles de cosas por hacer y por visitar… Quizá la próxima vez que vuelva!
En cuanto pasas un día en Reino Unido, ya te mueves con el transporte público como pez en el agua. El viaje en tren a Manchester fue como la seda y en 1 hora estaba en la estación de Manchester Oxford Road Rail.
El camino a mi alojamiento era muy sencillo, 10 minutos a pié desde la estación hasta la residencia Liberty Living, bajando en línea recta por la calle Oxford Road hasta el Manchester Aquatics Centre. Desde ahí, torcer a la derecha por Booth Street hasta el edificio de la residencia, más o menos a la altura de la Manchester Bussines School.
Es un enorme complejo de edificios con un patio interior por el que puedes acceder a cualquier parte de la residencia. El personal de recepción está 24 horas y el edificio está vigilado con cámaras de seguridad y por un sistema electrónico de acceso. ¡Casi parece un banco!, pero para esta residencia, la seguridad de los residentes es lo primero.
Podemos encontrar 2 lavanderías y un gran salón común a disposición de los residentes.
En la residencia hay dos tipos de habitaciones: individuales y en apartamento, todas ellas amuebladas, con baño privado, teléfono y acceso a Internet por cable de red. ¿Cual es la diferencia? Bueno, las habitaciones “individuales” tienen una pequeña cocina. Las habitaciones en apartamento, son iguales que las individuales (con baño privado) pero comparten una cocina grande con los otros residentes del apartamento (máximo 4).
A la mañana siguiente, emprendí mi camino hasta la escuela de Manchester Piccadilly . Como su propio nombre indica, se encuentra en frente de Picadilly Gardens, en pleno centro de la ciudad, donde encontramos todas las calles comerciales. La distancia a pié desde la residencia son 20 minutos, de los cuales, si sigues una buena ruta, la mayoría es por zonas peatonales.
Está situada en la 6ª planta de un edificio completamente nuevo.
Nada más salir del ascensor te encuentras prácticamente dentro de la escuela. Esto hace que sea idónea para alumnos discapacitados, ya que dispone de amplios pasillos y ascensores y baños adaptados.
La escuela tiene forma de “O”, donde las aulas ocupan la zona exterior de la planta, para tener luz natural, y las zonas comunes, como la biblioteca o el aula interactiva, se sitúan en la parte interior. También disponen de sala común para los alumnos, con TV y ordenadores con acceso a Internet y una sala de ordenadores, para que los alumnos puedan hacer ejercicios.
Las aulas son muy grandes, todas con enormes ventanas, para disfrutar de las vistas de la ciudad, y con pizarras interactivas.
Después de la visita a la escuela, su director me llevó a conocer el centro de Manchester, que estaba completamente “ocupado” por los Christmas Markets y donde los edificios fusionan lo moderno con lo viejo, dándole a la ciudad una imagen impresionante.
Caminar por Market Street fue toda una experiencia, la calle estaba a rebosar de gente ya que en ella, y alrededor, se encuentran los principales centros comerciales, tiendas de segunda mano, de música…
Hay que tener en cuenta que Manchester es una de las ciudades universitarias más famosas de Gran Bretaña, ¿por qué?: en ella encontramos algunas de las universidades más prestigiosas de Reino Unido, que no tienen nada que envidiar a las de Oxford o Cambridge, pero el coste de la vida es más barato que en otras ciudades, por lo que la mayoría de los estudiantes británicos eligen esta ciudad para realizar sus estudios universitarios. La gran afluencia de estudiantes hace que Manchester sea el epicentro de influencia musical y de tendencias, que en ella encontremos más de 50 museos y galerías de arte, que la vida nocturna esté plagada de bares, clubs, locales de comedia, teatros y salas de conciertos.
Tras una comida en el restaurante Zinc Bar & Grill llegó la hora de ir al aeropuerto y volver a España, no sin un poco de pena y cansancio en el cuerpo.
La verdad es que mi estancia, tanto en Liverpool como en Manchester, se me hizo corta. Si uno va con tiempo, tiene infinidad de cosas que ver y hacer en ambas ciudades.
Si tenéis intención de estudiar inglés en Gran Bretaña, Liverpool y Manchester son dos destinos recomendables 100%.
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